
En esta semana dedicada al Caribe en #losviajesdeGinés, es imposible no pensar en las hermosas Islas Vírgenes norteamericanas. Siempre me pareció raro pensar que son “U.S.V.I.”, o sea, que son territorio norteamericano, porque la verdad es que cuando estás allí, lo menos que parece es que estuvieras en Estados Unidos. Una brevísima historia: a las Islas Vírgenes las vio Colón en su segundo viaje a América, en 1493. Su nombre se lo puso el propio Colón en honor a la fiesta de Santa Úrsula y las once mil vírgenes que fueron sacrificadas con ella (nombre original, “Once Mil Vírgenes”), ya que las divisó en fecha cercana a la fiesta de la Santa católica. Hoy recordaba propiamente una parada obligada al visitar St. Thomas: Drake’s Seat (el asiento de Drake). Mi papá me llevó por primera vez, por allá para finales de los divertidos años ochenta (tal vez ya me había llevado antes, pero esa es la primera vez que recuerdo). Drake era Sir Frances Drake (c. 1540 -1596), legendario corsario inglés, asignado por la Reina Isabel I al nuevo territorio. Su cometido principal fue obstruir el monopolio comercial español que gobernó el Atlántico y las rutas del Pacífico en la época. Saqueaba barcos españoles y eso le valió la reputación de pirata y el apodo de “El Dragón”. Después de un viaje dándole la vuelta al mundo que duró tres años, regresó a Inglaterra con un botín suficientemente rico para pagar la deuda nacional inglesa y la reina lo nombró caballero a bordo de su barco, el Golden Hind.
Con impresionantes vistas de la cristalina bahía de Magens (Magen’s Bay) se asienta sobre una colina y cuando se está sentado en el banco, se puede ver en la distancia Hans Lollick, Lil Tobago, Gran Tobago y Jost Van Dyke. Se encuentra en la carretera 40, donde Skyline Drive se convierte en Hull Bay Road.
Con impresionantes vistas de la cristalina bahía de Magens (Magen’s Bay) se asienta sobre una colina y cuando se está sentado en el banco, se puede ver en la distancia Hans Lollick, Lil Tobago, Gran Tobago y Jost Van Dyke. Se encuentra en la carretera 40, donde Skyline Drive se convierte en Hull Bay Road.
Se dice que Drake utilizaba la bahía como punto de anclaje para sus barcos y lo que cuenta la leyenda es que subía a este punto de vista para identificar los buques que saquearía más tarde. Ahora pensando, ¿subiría el mismo Drake a vigilar buques? Yo pensaría que mandaba “chichincles” a eso, porque yo he subido esa loma en carro… ¡A pie no está fácil! Pero hoy en día sigue siendo un gran lugar para disfrutar de las impresionantes vistas de la bahía y las islas circundantes. ¡Y a mi papá le encantaba!