Un día como hoy… La Coronación de Isabel II

Cuando tenía 11 años, una joven Princesa Isabel presenció la coronación de su padre. No, no nos volvimos expertos en realeza solo porque estuvimos en Londres. Mi encanto por la realeza británica viene desde hace muchos años, pero sí recuerdo una fecha exacta: 29 de julio de 1981. Acababa de cumplir yo 10 ilustres años, me encontraba en Bogotá -como casi todos los veranos, y me disponía con mi amada tía Lilia, la hermana mayor de mi madre, a ver la boda real del Príncipe Carlos de Gales y Lady Diana Spencer. El vestido, las damitas y pajecitos, el beso en el balcón, la histórica, gigantesca e intimidante catedral, todo era fascinante. En una de esas emblemáticas y antiquísimas iglesias británicas, hace 65 años, un 2 de junio de 1953, era coronada la Princesa Isabel como la nueva soberana de todos los británicos. Tenía solo 25 años y asumía el trono luego de la muerte de su padre, el Rey Jorge VI. La Reina sucedió al trono el 6 de febrero de 1952, fecha en que falleció el Rey.  Se encontraba en Kenia en ese momento y se convirtió en la primera soberana en más de 200 años en acceder desde el extranjero.

Su ceremonia de coronación se llevó a cabo un poco más de un año después, por protocolo y tradición de que este tipo de festividad no se lleva a cabo en momentos de luto  -y para tener el tiempo necesario para las preparaciones. La abuela de la Reina, la Reina María, de 81 años fue la primera Reina en ver a un nieto ascender al trono. Sin embargo, murió antes de que ocurriera la coronación. Pero a pesar de dichas tradiciones, la Reina María dejó estipulado en su testamento que la celebración de coronación de su nieta no debía verse afectada por su muerte. El príncipe Carlos fue el primer niño en presenciar la coronación de su madre (una mujer) como Soberana. La princesa Anne no asistió ya que se le consideraba muy pequeña. Anne tenía 3 años, Carlos tenía 5.

La coronación de la Reina Isabel tenía la intención de ser más que una simple ocasión real: era un rayito de esperanza para todo el país, en una época de austeridad luego de la II Guerra Mundial.IMG_7641

Este año, 2018, se conmemoran 65 años del Jubileo de la reina, el de Zafiro, y aunque esta semana se llevó a cabo un garden party en los jardines del Palacio de Buckingham, al que asistió la Reina y el Príncipe William y la Duquesa Kate atendieron a los invitados, entre otros miembros de la familia real, no hubo una celebración de jubileo como tal, para la reina que ha llevado más tiempo en la corona británica y fue la monarca número 39 en ser coronada en la Abadía de Westminster.IMG_7643

La preparación para la ceremonia tomó 14 meses. El servicio como tal duró un día completo. Cuando visité Westminster no hace mucho, me contaron que hubo damas de honor que se desmayaron por la larga duración del magno evento.  Hubo comités creados para la coronación: un comité ejecutivo, uno de coronación, comisiones internacionales. Se anunció la fecha. La reina había comisionado al diseñador que se encargaría de los vestidos de la familia real y el de ella, el británico Norman Hartnell. Su diseño de seda evolucionó a través de nueve propuestas. La versión final fue un vestido de seda blanco bordado con los emblemas florales de los países del Commonwealth de la época: la rosa Tudor de Inglaterra, el cardo escocés, el puerro galés, el trébol para Irlanda del Norte, el zarzo de Australia, la hoja de arce de Canadá, el helecho plateado de Nueva Zelanda, el protea de Sudáfrica, dos flores de loto para India y Ceilán y el trigo, el algodón y el yute de Pakistán. Al momento de la entrega, la futura reina desconocía la inclusión del trébol de cuatro hojas bordado en el lado izquierdo del vestido, donde la mano de Isabel tocaría durante todo el día.Screen Shot 2018-06-02 at 6.52.30 PMScreen Shot 2018-06-02 at 7.50.57 PM

La ceremonia siguió un patrón similar a las coronaciones de los reyes y reinas anteriores: sería en la Abadía de Westminster e involucraría a la nobleza y al clero. Sin embargo, para la nueva Reina, varias partes de la ceremonia fueron marcadamente diferentes. La razón es una por la cual tal vez me ha gustado seguir a los brits desde que era una niña: fue la primera en ser televisada. 27 millones de británicos vieron la ceremonia en televisión y 11 millones la escucharon por radio. Muchas familias compraron su primer televisor para la ocasión. Aunque con muchísimas restricciones (no podían hacer close-ups, por ejemplo) la BBC cubrió la ceremonia y fue el primer evento internacional importante en ser transmitido en televisión. Dato curioso: hubo un ardido debate en el gabinete británico sobre el tema, con el Primer Ministro Winston Churchill en contra de la idea; al final Isabel ganó la pelea y el evento fue televisado. A lo largo de una ruta llena de marineros, soldados y aviadores de todo el Imperio Británico y el Commonwealth, invitados y funcionarios pasaron en procesión ante unos tres millones de espectadores reunidos en las calles de Londres, algunos de ellos acampando durante la noche previa en su lugar para asegurar una vista de la monarca. Para aquellos que no estuvieron presentes, se colocaron más de 200 micrófonos a lo largo del camino y en la Abadía de Westminster, con 750 comentaristas transmitiendo descripciones en 39 idiomas; más de 20 millones de espectadores de todo el mundo vieron o escucharon la cobertura. La procesión incluyó realeza extranjera y jefes de estado. 8,251 invitados estuvieron presentes.IMG_7648

La Reina y el Duque de Edimburgo, quienes contrajeron matrimonio un 20 de noviembre de 1947 en la misma abadía, fueron conducidos desde el Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster en el Carruaje Gold State, tirado por ocho caballos castores grises: Cunningham, Tovey, Noah, Tedder, Eisenhower, Blanca Nieves, Tipperary y McCreery. Ese carruaje está en el palacio de Buckimgham, pero si lo quieres ver en persona, como yo, recuerda que el palacio solo está abierto al público para visitas a algunos salones de estado dos veces al año, cuando su majestad no está en la residencia, a finales de julio y en el mes de septiembre.

Desde la Coronación, La Reina ha lucido seis veces el vestido de Coronación, al menos en público, incluida la Apertura del Parlamento en Nueva Zelanda y Australia en 1954.

Como lo dicta la tradición, la ceremonia la dirigió el Arzobispo de Canterbury, un deber que ha llevado a cabo desde la conquista en 1066. Por primera vez en 1953, un representante de otra Iglesia, la Iglesia Moderna de Escocia, también participó.

La Reina fue coronada en la Silla de San Eduardo, hecha en 1300 para Eduardo I y utilizada en cada Coronación desde ese momento. Se encuentra permanentemente en la Abadía de Westminster. La vi. No me senté en ella. No se porqué no me dejaron.IMG_7612

Las famosas Joyas de la Corona Británica son albergadas en la Torre de Londres. Pertenecen a la Corona Británica -no a la Reina personalmente. La Corona de San Eduardo, hecha en 1661, fue colocada en la cabeza de la Reina durante el servicio de coronación. Pesa 4 libras y 12 onzas y está hecha de oro sólido. Si me preguntaran qué fue mi cosa favorita en Londres, sería difícil escoger -me pareció una ciudad espectacular que rápidamente escaló en mi lista de favoritas. Si me fueran a preguntar “¿que no me debo perder el Londres?”, diría, las joyas de la corona. Son realmente impresionantes. Y como muchos tesoros en Gran Bretaña, traen un legado de controversia. India alega, diría yo que con razón, que el diamante Koh-i-Noor les pertenece. El Reino Unido no lo piensa devolver. El entonces gobernador general británico de la India organizó la entrega del enorme diamante a la reina Victoria en 1850. Si llega el momento en que el Príncipe William ascienda al trono, la Duquesa Kate se convertiría en reina consorte y usaría la corona en ocasiones oficiales. Cuando la Reina Isabel II hizo una visita de estado a la India para conmemorar el 50 aniversario de su independencia de Gran Bretaña en 1997, muchos indios exigieron la devolución del diamante.IMG_7647 2

Volviendo a la ceremonia de hace 65 años, hubo más de 2,000 periodistas y 500 fotógrafos de 92 naciones en la ruta de la Coronación. Otro dato curioso: entre los muchos periodistas extranjeros que cubrieron el evento, se encontraba una soltera Jacqueline Bouvier, quien en septiembre del mismo año se casaría con John Kennedy para luego convertirse en Primera Dama de los Estados Unidos. Jackie trabajaba para el Washington Times-Herald en ese momento.

Numerosas fotografías oficiales fueron tomadas en el Palacio de Buckingham después de la Coronación, pero las más memorables son las tomadas por el fotógrafo Cecil Beaton (que luego se convirtió Caballero). Para su imagen más emblemática, la nueva Reina posó frente a un telón de fondo que representaba la Capilla de Enrique VII en la Abadía.IMG_7646

Este año estrenaron un documental, The Coronation, en The Smithsonian Channel, donde la propia reina habla de la ceremonia, las joyas de la corona y muchos detalles de ese día; es una conversación cándida donde luce más relajada de lo que estamos acostumbrada a verla los royal watchers. Se los recomiendo. Yo soy como Lorde, “we’ll never be royals”, pero seguiré madrugando para las bodas reales. O la coronación de William. Si es la coronación de Carlos, esa la puedo ver en repetición a la hora de almuerzo.

God Save the Queen!IMG_7639

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